Posted by : Pablo Buydid miércoles, 25 de enero de 2017

En más de una oportunidad me he encontrado con gente que dice que no lee en vacaciones, y un poco en broma otros comentan que se toman vacaciones de todo, incluso lectura.
Es bueno ver, sin embargo, la gran cantidad de gente que acude a las librerías durante los días de vacaciones (o previos a estas) para comprar algunos ejemplares con el fin de sentarse en casa, en la playa o bajo un árbol y disfrutar de una buena lectura.
Pero esta tendencia lamentablemente no tiene tanta notoriedad en un gran grupo de gente jóven. A muchos niños no se les ha inculcado el gusto por la lectura. Además, el entorno nos lleva en esa línea: la lectura no tiene tanta cabida en un mundo donde la música es fácil de digerir, el entretenimiento es artificial y los libros se cambian por TV.
Desarrollar en nuestros niños la sana costumbre por la lectura tiene beneficios a corto y largo plazo. Y el tiempo de vacaciones es también una buena ocasión para poner empeño en eso.

Los beneficios de la lectura.

A diferencia de la TV en que las imágenes están impuestas ante nuestros ojos, y el foco de atención está directamente adelante, un libro fomenta en un niño el desarrollo de su imaginación. Imaginar escenas, situaciones, lugares y personajes, dejan huella en la mente de los niños, que son saludables para otras tantas tareas.
La imaginación también se relaciona con la capacidad de plantear respuestas creativas a situaciones cotidianas y problemas simples que se pueden presentar en el diario vivir.
Por otro lado, se ha relacionado la costumbre de la lectura regular con el buen rendimiento escolar. Lo cual es lógico: la lectura es base del aprendizaje permitiendo conocer y dominar el lenguaje, adquiriendo conocimientos y grabándolos en la mente. También influye en la capacidad de expresarse, explicar correctamente un tema en clase y hasta desarrollar sentimientos y emociones que lo hacen mejor persona.
La lectura nos conecta con el mundo de una manera singular y nos brinda herramientas para interactuar con el entorno de un modo más creativo.


No hay que esperar a que el niño o niña aprenda a leer o comience la escuela. Desde muy temprana edad, acercar libros coloridos a los pequeños y leérselos, fomentará en ellos el deseo de disfrutarlos a medida que crecen. 

Pero esta actividad debe cultivarse. ¿Cuándo es el mejor momento? No hay que esperar a que el niño o niña aprenda a leer o comience la escuela. Desde muy temprana edad, acercar libros coloridos a los pequeños y leérselos, fomentará en ellos el deseo de disfrutarlos a medida que crecen. Los beneficios que se mencionaban arriba no solo se harán presente durante la etapa de niñez y juventud, en las etapas de aprendizaje, sino también en la etapa adulta. Los frutos de la lectura influirán en las relaciones humanas, en la educación adquirida para distintas aplicaciones, en la competencia para la realización de las más diversas tareas.
Así que si somos padres, hacemos bien en incluir libros en nuestra lista para comenzar las vacaciones. Y si somos jóvenes podemos trazarnos un plan de lectura para las siguientes semanas. Como el alimento físico nos hace sentir bien día a día, la lectura nos hará sentir satisfechos en nuestro desarrollo mental y emocional.
 


Sobre mi...

Mi nombre es Pablo Buydid. Soy profesor de informática en primaria y secundaria.

Trabajo en los colegios Biarritz de Maldonado, y Galileo Galilei de Piriápolis, además de liceos públicos.

Pueden encontrar más información sobre mi trabajo en mi página personal: www.pablobuydid.com

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